"A la vista de las decenas de mensajes de WhatsApp y correos electrónicos que se intercambiaban Andreu Viloca y Josep Manel Bassols se puede afirmar que la suya era una relación que traspasaba la mera cortesía entre el entonces gerente de Convergència Democràtica de Cataluya (CDC) y el delegado en Catalunya de la empresa Oproler.
Viloca y Bassols son dos de los cerca de medio centenar de personas imputadas, por el momento, en la investigación del 3%,
de la que el jueves se levantó el secreto de casi 10.000 folios.
Su
manera de actuar, y la familiaridad con la que se tratan e intercalan
conversaciones sobre la liquidez de consistorios con unas invitaciones
para un palco en el teatro Real de Madrid una noche de estreno son un
buen reflejo de la presunta trama que sigue investigando un juez de El
Vendrell junto a dos fiscales Anticorrupción y la comandancia de la
Guardia Civil de Tarragona. Bassols en su momento escribió una amarga
carta a Artur Mas exigiendo un puesto en la administración pública para
él y otro para su mujer, magistrada en activo, por los servicios
prestados al partido.
No se lo dieron, pero con el tiempo la empresa de
Bassols se convirtió en una de las sociedades que más trabajó con las
administraciones locales gobernadas por convergentes.
La documentación hecha pública desmenuza el modus operandi
de la trama, especialmente detallada en seis adjudicaciones millonarias
de la ciudad de Barcelona. El común denominador son Viloca y Germà
Gordó, con diferentes responsabilidades en el partido y en el Govern de
Artur Mas. Josep Antoni Rossell, directivo de la empresa pública de
infraestructuras de la Generalitat, con una estrecha relación con el
extesorero es otro de los ejes de la investigación.
Con minuciosidad,
los guardias civiles analizaron cada una de las anotaciones a mano que
empresarios y responsables de CDC guardaron en sus despachos. La clave
para que la Guardia Civil haya podido relacionar donaciones con
adjudicaciones ha sido la pulcritud con la que los imputados dejaban
constancia en sus agendas de las citas. Además de los emails y whatsaps
comentando sin discreción detalles de las negociaciones.
De todos los grupos empresariales bajo sospecha sólo uno no
pagó su comisión mediante donaciones a fundaciones, sino que entregó
presuntamente su mordida en mano a Viloca. Se trata de Bassols quien,
según la Guardia Civil, se refería a “documentos” cuando contaba a su
socio Sergio Lerma, residente en Madrid, que ya había entregado el
dinero.
Incluso hay un día, el 9 de mayo del 2012, que Bassols recuerda
por email a Lerma, de viaje ese día en Barcelona, que debe recoger a
Viloca en la sede de CDC en la calle Còrcega para acompañarlo a una
sucursal de La Caixa. ¿Para qué? “Bassols sondea a Lerma por si
considera oportuno que les acompañe al banco para hacer la gestión”,
apunta el informe, cuyos autores no tienen duda de que ese día, Lerma
entregó dinero en mano a Viloca.
Bassols, que fue alcalde convergente de Anglès y colaboró
con Carles Puigdemont en su campaña para las elecciones de Girona del
2010, llegó a solicitar a un alto cargo del departamento de Governació
un listado con la situación económica de los ayuntamientos convergentes
para conocer de antemano “cuáles tendrían liquidez para pagar las obras
que liciten”.
El listado lo consiguió, cómo no, durante una comida que
pagó y de la que guardó, como de todas, el recibo. Con ese listado,
Bassols concretó varios encuentros con un par de diputados convergentes,
en activo, que le debían ofrecer, según sus notas, “información
privilegiada” de las futuras obras.
Pero su obsesión era Girona y poder trabajar con la
alcaldía. A su entonces alcalde Puigdemont no sólo le invita una tarde
al Camp Nou sino que un año después celebra una comida “muy interesante”
para los investigadores y de la que Bassols dejó varias anotaciones. El
empresario sentó en la misma mesa a Puigdemont, el tercer teniente de
alcalde de Barcelona, Antoni Vives, y al director general de Bimsa,
Ángel Sánchez. Su intención, introducir ese sistema de contratación en
Girona. Otra cosa es si lo logró. El sumario no lo aclara.
Esta trama no se entiende, a juicio de los investigadores,
sin el papel de Germà Gordó. El TSJC rechazó en enero investigarle, tal y
como solicitó el juez, que volverá a pedirlo con nuevos informes que
están en la parte aún secreta del caso. Lerma y Bassols le invitan al
fútbol, al teatro e incluso a asistir a cacerías, invitaciones todas que
declinó, aunque está presente en todas las reuniones previas a las
adjudicaciones investigadas en Barcelona.
La Guardia Civil evidencia en
un informe que algunas reuniones entre Viloca y los empresarios se
celebraran “de forma obscena” en el Palau de la Generalitat, donde Gordó
tenía un despacho como secretario del Govern entre el 2010 y el 2012.
Como obscena fue la escena de la Guardia Civil
descubriendo una bolsa de congelados en una de las cajas fuertes de
Rossell. Envueltos en papel de aluminio y páginas de este diario el
imputado guardaba 85.000 euros en billetes de 500. Como la mafia.
Piezas separadas
Bárcenas también pasó por el 3%
n el sumario la Guardia Civil ha reunido
pruebas de que Xavier Tauler, exconsejero delegado de Copisa, no sólo
trataba de abrirse camino entre la administración nacionalista. De
hecho, entre los documentos intervenidos en la sede de la empresa
hallaron evidencias de que había entrado en contacto con el extesorero
del PP en el Congreso Francisco Villar, ya fallecido. Y entre las
anotaciones de Tauler también figura, con fecha del 27 de octubre del
2008, una que dice, en catalán: “Francisco Villar (hablado con Barcenas)
es un buen contacto”. Copisa se adjudicó un tramo de la Autovía de la
Plata llamado Salamanca-Cuatro Calzadas por casi 40 millones.
Piezas separadas
Antonio, Fernando y Gregorio
De todos los investigados, seguramente
Josep Manel Bassols fue el menos discreto en sus funciones de agasajar a
los personas que sabía que podrían serle de utilidad para conseguir
contratos públicos. De esas gestiones con Germà Gordó, Andreu Viloca y
Francesc Sánchez informaba “a diario” a su socio Sergio Lerma. Y, por si
las moscas, a los tres dirigentes convergentes rebautizó con “nombres
en clave” como Antonio, Gregorio, o Fernando.
La Guardia Civil desmonta
este mecanismo con que los empresarios pretendían ocultar la identidad
de sus “conseguidores”, reproduciendo mensajes en los que el propio
Bassols se olvida de los nombres en clave y les vuelve a citar por su
nombre." (Mayka Navarro, La Vanguardia, 11/03/17)
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