15.3.17

Así funcionaba la trama del 3%



"A la vista de las decenas de mensajes de WhatsApp y correos electrónicos que se intercambiaban Andreu Viloca y Josep Manel Bassols se puede afirmar que la suya era una relación que traspasaba la mera cortesía entre el entonces gerente de Convergència Democràtica de Cataluya (CDC) y el delegado en Catalunya de la empresa Oproler

Viloca y Bassols son dos de los cerca de medio centenar de personas imputadas, por el momento, en la investigación del 3%, de la que el jueves se levantó el secreto de casi 10.000 folios. 

Su manera de actuar, y la familiaridad con la que se tratan e intercalan conversaciones sobre la liquidez de consistorios con unas invitaciones para un palco en el teatro Real de Madrid una noche de estreno son un buen reflejo de la presunta trama que sigue investigando un juez de El Vendrell junto a dos fiscales Anticorrupción y la comandancia de la Guardia Civil de Tarragona. Bassols en su momento escribió una amarga carta a Artur Mas exigiendo un puesto en la administración pública para él y otro para su mujer, magistrada en activo, por los servicios prestados al partido.

 No se lo dieron, pero con el tiempo la empresa de Bassols se convirtió en una de las sociedades que más trabajó con las administraciones locales gobernadas por convergentes.

La documentación hecha pública desmenuza el modus operandi de la trama, especialmente detallada en seis adjudicaciones millonarias de la ciudad de Barcelona. El común denominador son Viloca y Germà Gordó, con diferentes responsabilidades en el partido y en el Govern de Artur Mas. Josep Antoni Rossell, directivo de la empresa pública de infraestructuras de la Generalitat, con una estrecha relación con el extesorero es otro de los ejes de la investigación. 

Con minuciosidad, los guardias civiles analizaron cada una de las anotaciones a mano que empresarios y responsables de CDC guardaron en sus despachos. La clave para que la Guardia Civil haya podido relacionar donaciones con adjudicaciones ha sido la pulcritud con la que los imputados dejaban constancia en sus agendas de las citas. Además de los emails y whatsaps comentando sin discreción detalles de las negociaciones.

De todos los grupos empresariales bajo sospecha sólo uno no pagó su comisión mediante donaciones a fundaciones, sino que entregó presuntamente su mordida en mano a Viloca. Se trata de Bassols quien, según la Guardia Civil, se refería a “documentos” cuando contaba a su socio Sergio Lerma, residente en Madrid, que ya había entregado el dinero.

 Incluso hay un día, el 9 de mayo del 2012, que Bassols recuerda por email a Lerma, de viaje ese día en Barcelona, que debe recoger a Viloca en la sede de CDC en la calle Còrcega para acompañarlo a una sucursal de La Caixa. ¿Para qué? “Bassols sondea a Lerma por si considera oportuno que les acompañe al banco para hacer la gestión”, apunta el informe, cuyos autores no tienen duda de que ese día, Lerma entregó dinero en mano a Viloca.

Bassols, que fue alcalde convergente de Anglès y colaboró con Carles Puigdemont en su campaña para las elecciones de Girona del 2010, llegó a solicitar a un alto cargo del departamento de Governació un listado con la situación económica de los ayuntamientos convergentes para conocer de antemano “cuáles tendrían liquidez para pagar las obras que liciten”. 

El listado lo consiguió, cómo no, durante una comida que pagó y de la que guardó, como de todas, el recibo. Con ese listado, Bassols concretó varios encuentros con un par de diputados convergentes, en activo, que le debían ofrecer, según sus notas, “información privilegiada” de las futuras obras.

Pero su obsesión era Girona y poder trabajar con la alcaldía. A su entonces alcalde Puigdemont no sólo le invita una tarde al Camp Nou sino que un año después celebra una comida “muy interesante” para los investigadores y de la que Bassols dejó varias anotaciones. El empresario sentó en la misma mesa a Puigdemont, el tercer teniente de alcalde de Barcelona, Antoni Vives, y al director general de Bimsa, Ángel Sánchez. Su intención, introducir ese sistema de contratación en Girona. Otra cosa es si lo logró. El sumario no lo aclara.

Esta trama no se entiende, a juicio de los investigadores, sin el papel de Germà Gordó. El TSJC rechazó en enero investigarle, tal y como solicitó el juez, que volverá a pedirlo con nuevos informes que están en la parte aún secreta del caso. Lerma y Bassols le invitan al fútbol, al teatro e incluso a asistir a cacerías, invitaciones todas que declinó, aunque está presente en todas las reuniones previas a las adjudicaciones investigadas en Barcelona. 

La Guardia Civil evidencia en un informe que algunas reuniones entre Viloca y los empresarios se celebraran “de forma obscena” en el Palau de la Generalitat, donde Gordó tenía un despacho como secretario del Govern entre el 2010 y el 2012.

Como obscena fue la escena de la Guardia Civil descubriendo una bolsa de congelados en una de las cajas fuertes de Rossell. Envueltos en papel de aluminio y páginas de este diario el imputado guardaba 85.000 euros en billetes de 500. Como la mafia.

Piezas separadas Bárcenas también pasó por el 3% 
n el sumario la Guardia Civil ha reunido pruebas de que Xavier Tauler, exconsejero delegado de Copisa, no sólo trataba de abrirse camino entre la administración nacionalista. De hecho, entre los documentos intervenidos en la sede de la empresa hallaron evidencias de que había entrado en contacto con el extesorero del PP en el Congreso Francisco Villar, ya fallecido. Y entre las anotaciones de Tauler también figura, con fecha del 27 de octubre del 2008, una que dice, en catalán: “Francisco Villar (hablado con Barcenas) es un buen contacto”. Copisa se adjudicó un tramo de la Autovía de la Plata llamado Salamanca-Cuatro Calzadas por casi 40 millones.


Piezas separadas Antonio, Fernando y Gregorio 
De todos los investigados, seguramente Josep Manel Bassols fue el menos discreto en sus funciones de agasajar a los personas que sabía que podrían serle de utilidad para conseguir contratos públicos. De esas gestiones con Germà Gordó, Andreu Viloca y Francesc Sánchez informaba “a diario” a su socio Sergio Lerma. Y, por si las moscas, a los tres dirigentes convergentes rebautizó con “nombres en clave” como Antonio, Gregorio, o Fernando. 

La Guardia Civil desmonta este mecanismo con que los empresarios pretendían ocultar la identidad de sus “conseguidores”, reproduciendo mensajes en los que el propio Bassols se olvida de los nombres en clave y les vuelve a citar por su nombre."                    (Mayka Navarro, La Vanguardia, 11/03/17)

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